Desde el año 2014, los negocios que dependen del comercio
vienen sufriendo complicaciones como consecuencia de la caída de precios de
nuestra oferta exportable principalmente petróleo y commodities (banano, camarón, flores) y de las restricciones
impuestas por el Gobierno como las salvaguardias, cupos de importación,
reglamentos técnicos y otras barreras para sustituir importaciones.
La combinación de este coctel explosivo ha creado un
efecto detonante para el comercio ecuatoriano. Entre enero y agosto de 2016, se
registra una caída del 12% en las ventas locales según datos del SRI y una
contracción de 16% en las exportaciones totales y de 31% en las importaciones
de acuerdo al Banco Central del Ecuador (BCE) en comparación con el mismo
periodo del 2015. Para la visión del Gobierno, las restricciones al comercio
eran necesarias ante los menores ingresos petroleros y la apreciación del dólar
que encarece nuestras exportaciones y abarata las importaciones. El objetivo
para el régimen era corregir el déficit en la balanza comercial para proteger
la dolarización.
Sin embargo, las medidas restrictivas al comercio son
innecesarias por varias razones:
1) Los mercados funcionan y tienden a ajustarse
automáticamente siempre que las autoridades permitan que el mercado cumpla su
rol de asignador eficiente de recursos en la toma de decisiones empresariales.
2) Las intervenciones políticas en el mercado no
solucionan el problema estructural (en este caso la caída de las exportaciones)
sino que generan problemas cada vez más complejos derivados de la acción
estatal. Además, estas medidas pueden inducir masivamente al error empresarial
al hacer viable algunos proyectos que sin la protección estatal no serían
económicamente rentables y no representan una ventaja competitiva sostenible en
el comercio global.
3) Lo importante no es la Balanza Comercial per se que
refleja solo un saldo en la Cuenta Corriente (y que además incluye servicios,
rentas y transferencias). Lo realmente importante es el resultado final de la
Balanza de Pagos que contiene los saldos de la Cuenta Corriente, la Cuenta de
Capital y Financiera (donde se registran los flujos de inversión y
financiamiento) y la variación de las Reservas Internacionales. Por lo tanto,
un país puede tener déficit en balanza comercial pero superávit en las otras
cuentas sin tener que restringir el comercio.
4) La dolarización no requiere de obstáculos al comercio
para proteger al sistema monetario. Solamente se necesitan reglas claras y
políticas públicas que fomenten la seguridad jurídica, la productividad y la
competitividad.
El gráfico a continuación muestra la evolución de las
exportaciones e importaciones totales del Ecuador entre 2003 y 2016. Las
importaciones (línea roja) se mueven conjuntamente con las exportaciones (línea
azul). En otras palabras, con las divisas obtenidas de las exportaciones, los
ecuatorianos importamos productos terminados, insumos, materias primas y bienes
de capital que mejoran nuestro bienestar y nuestra productividad.
*Proyección 2016
según previsión del BCE.
Fuente: Banco
Central del Ecuador. Elaboración: Inteligencia Estratégica (2016).
El ajuste de mercado funciona y se ha venido dando
incluso antes de la aplicación de las medidas restrictivas desde 2015. Con la caída de ingresos de exportación, se
redujeron los depósitos en el sistema financiero y automáticamente disminuyó el
crédito otorgado al sector productivo, comercial y de consumo. Este ajuste no requiere de control adicional
a la regulación ya existente. Esto evidencia que los obstáculos al comercio
(salvaguardias, cupos y reglamentos) no tienen razón de ser y son una
herramienta de exacción fiscal a los contribuyentes y de protección estatal
para los sectores económicos favorecidos por el régimen.
Como complemento, quisiera compartir una lección que
nos deja la República Popular China y que en la actualidad es el principal
financista del Gobierno de Ecuador, primer destino de algunos productos de
exportación (camarón, balsa y pescado) y nuestro segundo socio comercial por el
lado de las importaciones.
China nos muestra cómo una nación pobre bajo un
régimen socialista pasó de una economía centralmente planificada a una economía
de mercado gracias a sus reformas de apertura y liberalización comercial que
han generado un rápido crecimiento económico sostenido (inicialmente a tasas de
10% anual y en los últimos años de 7%) con la creación de más de 100 zonas
económicas especiales y la exoneración de aranceles e impuestos para atraer la
inversión extranjera.
Así, China logró convertirse de un país al borde de la
hambruna en el mayor exportador mundial y sacó de la pobreza a más de 800
millones de habitantes en menos de una generación según el Banco Mundial.
También es el segundo país con más billonarios en el mundo según la Revista
Forbes. Sin lugar a dudas, la apertura comercial de China es la política
pública de mayor impacto económico y social en los últimos 40 años.
China ha firmado 13 Tratados de Libre Comercio (TLC)
de los cuales 3 son con países de la región (Chile, Perú y Costa Rica) y hay 13
acuerdos más en proceso de negociación. Colombia ya inició las gestiones para
suscribir un TLC con China y aprovechar las oportunidades que representa tener
acceso a un mercado con más de 1.300 millones de habitantes.
El comercio en Ecuador podrá reactivarse desde el 2017
si es que los ecuatorianos aprendemos de esta sencilla lección: Más libertad
genera más oportunidades y prosperidad para todos.
* Artículo publicado en la Revista Comercio de Noviembre 2016 de la Cámara de Comercio de Guayaquil
Fuentes:
Banco Central
del Ecuador. Informe Estadística Mensual No. 1975 de Septiembre 2016.
Disponible en: https://www.bce.fin.ec/index.php/component/k2/item/756
Las Ciudades del
Futuro (Fabián Chang), disponible en: http://fabchang.blogspot.com/search?q=ciudades+de
Panorama
empresarial para el 2017: Afinando el presupuesto del próximo año (Fabián
Chang), disponible en: http://fabchang.blogspot.com/2016/10/panorama-empresarial-para-el-2017.html