Los historiadores Rondo
Cameron y Larry Neal (2003) señalan que el crecimiento de las ciudades en el
siglo XX surgió principalmente como resultado de la migración interna
proveniente de la población de áreas rurales y pequeños pueblos en búsqueda de
mayores oportunidades y libertad de la ciudad.[1] En este sentido, ¿qué sucede cuando las
ciudades no son capaces de brindar suficientes oportunidades (empleos, bienes y
servicios públicos o privados, etc.) o cuando éstas no pueden impulsar un crecimiento
económico sostenido para sus habitantes?
A continuación se presentan
tres alternativas para el futuro de las ciudades: 1) las Zonas Económicas Especiales
implementadas en China desde 1980; 2) el proyecto de “Ciudades Modelos” (Chartered Cities) liderado por el
Profesor Paul Romer de la Universidad de Nueva York y que se implementaría en unos
meses en Honduras; y 3) la iniciativa Startup
Cities impulsada por la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala.
Zonas
Económicas Especiales (ZEE)
En 1978, el líder chino Deng
Xiaoping visitó Bangkok, Kuala Lumpur y Singapur y vio tres ciudades modernas que
habían alcanzado prosperar mediante el comercio exterior y el desarrollo de proyectos
urbanísticos y de infraestructura a gran escala, financiados por capital foráneo,
en donde además se establecieron zonas de desarrollo industrial y tecnológico.
Meses después, el Comité Central del Partido Comunista Chino resolvió aprobar una
Reforma de Apertura Económica que marcó positivamente el futuro de China. En 1980 se establecieron las Zonas Económicas
Especiales orientadas a atraer inversión extranjera, promover el desarrollo
tecnológico e industrial, eliminar regulaciones burocráticas y flexibilizar el
sistema impositivo / arancelario con el fin de estimular el crecimiento
económico y el comercio exterior, tanto en ciudades costeras como del interior
de China.
Inicialmente fueron 5
zonas beneficiadas bajo este régimen especial (Shenzhen, Zhuhai Shantou, Xiamen
y la provincia de Hainan), en 1984 se extendió a otras 14 ciudades costeras y
posteriormente se amplió el alcance a otras zonas, ciudades fronterizas y del
interior de China. Según fuentes oficiales, existen unas 15 zonas de libre
comercio, 32 zonas de desarrollo tecnológico y 53 zonas de desarrollo
industrial de alta tecnología.[2] Algunos estudios revelan
que el impacto económico en las ciudades beneficiadas con las ZEE, además de
aumentar la tasa de productividad y el stock de capital, generan mayores
incrementos de ingresos de los trabajadores comparados con el incremento del
costo de vida.[3]
Ciudades
Modelo (Chartered Cities) próximamente en Honduras
Este proyecto liderado por
Paul Romer, economista de la Universidad de Nueva York, plantea extender el concepto de zona
económica especial a un área de mayor extensión para acoger millones de
trabajadores y residentes. Además incluye una administración territorial
independiente para el velar por el cumplimiento de normas, leyes y contratos.[4] Esta
propuesta requiere que un país proporcione un área actualmente inhabitada y el
capital humano, que el sector privado gestione el financiamiento para la
construcción, urbanización, y desarrollo
de la nueva infraestructura de la ciudad, y que la ciudad defina las reglas o
marco institucional a aplicarse en su territorio. Todo esto orientado en una
economía de mercado y reglas claras para la inversión y los negocios.
En enero de 2013, el
Congreso hondureño aprobó una reforma constitucional para el establecimiento de
las Regiones Especiales de Desarrollo (RED) que buscan crear de manera
gradual unas 200.000 nuevas fuentes de trabajo en unos 4
años. La primera ciudad modelo será
desarrollada en el Valle de Sula y se estima una inversión prevista de 15.000
millones de dólares.[5]
Ciudades
“Emprendedoras” (Startup Cities)
StartupCities es una
iniciativa de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y está basada en las zonas económicas especiales
pero con énfasis en dar facilidades al emprendimiento para erradicar la pobreza
y la informalidad, adoptar un marco regulatorio mínimo, transparente y con
responsabilidad (governance), y promover la competencia entre ciudades para
ofrecer mayores oportunidades para mejorar la calidad de vida de los
habitantes.[6]
Conclusión
En resumen, estas
alternativas comparten cuatro factores en común: 1) una visión o idea
diferenciada (ZEE / Chartered Cities / Startup Cities); 2) una teoría adecuada
sobre el funcionamiento real de la economía y el proceso de mercado (aunque los
chinos simplemente lo llamen “pragmatismo”); 3) decisión política para iniciar
una reforma institucional; y 4) voluntad para llevar a cabo la idea inicial.
Estos tres casos, uno ya
implementado, otro por implementar y otro en evolución, ofrecen una perspectiva
esperanzadora para las ciudades del siglo XXI comparada con los modelos de
gestión tradicionales caracterizados por un intensivo financiamiento
gubernamental tanto para infraestructura como provisión de bienes y servicios
públicos, excesivas, costosas e
ineficaces regulaciones que desincentivan el espíritu emprendedor y el
crecimiento económico real y potencial, y por su incapacidad legal para establecer
reformas institucionales en su jurisdicción.
¿Debemos conformarnos con
el buen vivir cuando tenemos la
capacidad de construir un futuro para vivir mejor? Pues eso depende de cada uno
de nosotros para atrevernos a soñar, pensar, actuar y hacer del futuro una
realidad.
*Artículo publicado en la Revista de la Cámara de Industrias de Guayaquil (Julio 2013), disponible en: http://issuu.com/industrias/docs/revista_industrias_julio_2013_final?e=0/3978010
[1]
A Concise Economic History of the World. From Paleolithic Times to the Present
(2003), p. 320.
[2]
http://www.china.org.cn/e-china/openingup/sez.htm
[3]
Véase Jin Wang “The Economic Impact of Special Economic Zones: Evidence from
Chinese Municipalities” (2009 y 2013).
[5]
http://www.laprensa.hn/Secciones-Principales/Honduras/San-Pedro-Sula/El-Valle-de-Sula-escogido-para-ciudad-modelo
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